Metidas de pata tecnológicas y sus enseñanzas

Los desastres informáticos nos dejan enseñanzas


2023 fue el año de la Inteligencia Artificial, pero no faltó la estupidez natural. En este post hablaremos de las metidas de pata tecnológicas y sus enseñanzas.  Todos son errores atribuibles a los seres humanos.

Si algo tienen en común estas historias es que ponen de manifiesto las advertencias de Richard Stallman sobre los riesgos del uso del software privativo y la amenaza a los derechos de los usuarios de sus licencias. Cierto que el uso de software y hardware libre no elimina la necesidad de una gestión responsable de los recursos informáticos.  Pero, muchos de los problemas que describimos aquí no existirían.

Metidas de pata tecnológicas y sus enseñanzas

¡Poniendo estaba la gansa!

Puesta de moda por un programa cómico de los 80, esta expresión argentina indicadora de que llega el momento de sacar la billetera tiene su origen en el siglo XIX.

Un aspirante a político del interior del país, conocido por sus vecinos con el mote de «La gansa» (Por su falta de dotes intelectuales) quería acceder a un cargo público. Su argumento de campaña era pagarles a todos sus vecinos las consumiciones en la pulpería (taberna) del pueblo. Fue así que cuando llegaba el momento de pagar los vecinos decían a coro la expresión que da título al apartado.

Las empresas desarrolladoras de software son un poco más educadas a la hora de pedirnos que paguemos la licencia, pero igualmente insistentes (Salvo tal vez Winrar). De esto pueden dar fe las organizaciones protagonista de nuestra historia.

Desde la llegada a la Luna, la NASA ha sido protagonista de grandes avances tecnológicos que luego se extendieron al resto de la sociedad. Lamentablemente, sus administradores no están a la altura de sus científicos. El resultado, no sabe ni cuantos ordenadores tienen ni para que se usan ni que software utiliza.

Recientemente compró licencias de software obsoleto de Oracle para el programa de transbordadores espaciales que se canceló hace una década. ¿El motivo? No saben si tienen esos programas y, en caso de tenerlos si compraron la licencia. Tenían miedo de que Oracle hiciera una auditoría y los terminara demandando por una suma millonaria.

La que probó un enfoque distinto (E igualmente desastroso) fue Nutanix, una firma de servicios en la nube. Usaron software de prueba para su operación diaria durante años. El monto de lo que tuvieron que pagarles a los proveedores fue tan grande que no llegaron a tiempo a presentar el informe trimestral a la Comisión de Valores sobre el resultado del período.

¡Hágase la luz!

En todo el mundo se desató una pasión por el consumo responsable y la Escuela Secundaria Regional Minnechaug en Massachusetts no es la excepción. En el 2011 el establecimiento inauguró un sistema de iluminación inteligente que ajustaba el nivel de luz interior o exterior respondiendo a la hora del día y a si estaba nublado o soleado.

En el 2021 un malware afectó al sistema que entró en el «modo de emergencia». Las luces prendidas al nivel máximo las 24 horas del día. Si van a sugerir que las luces se apagaran manualmente, les contesto que para eso se necesitarían interruptores. No los pusieron.

Cómo el programa era parte de un software de administración escolar más complejo era difícil hacer las modificaciones. Suponiendo que alguien supiera cómo hacerlo, La empresa instaladora había desaparecido y la propiedad intelectual se vendió varias veces. Para cuando el dueño actual encontró una solución, se desató la pandemia.

¿Quién respalda al respaldo?

En 1986 Commodore lanzó una versión remozada de su producto estrella, la Commodore 64. El nuevo modelo venía con un diseño ergonómico y un sistema operativo con interfaz gráfica en disquetes. Al menos en Argentina, los que teníamos la versión tradicional no podíamos conseguirlo, al menos no por los canales legales.

Un compañero de karate de mi hermano le prestó los disquetes, pero al momento de copiarlo me equivoqué y metí el original en la disquetera cuando tenía que meter la copia con el resultado de que se arruinó el original.

Algo parecido le sucedió este año a la Administración Federal de Aviación de Estados Unidos.  Este organismo tiene un sistema informático que alerta sobre problemas de funcionamiento en todos los aeropuertos del país. El 11 de enero el sistema falló paralizando todos los vuelos civiles y comerciales.

¿El problema? Un contratista, tratando de corregir los problemas de sincronización entre la base de datos original y la de respaldo, borró la que no era.


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